En el bazaar del centro de Casa Blanca. Algunas reflexiones sobre mis aventuras marroquÃes.
Sabor a menta fresca, tierra de sótanos, agua de rosas sobre la piel, el aroma del tabaco en los cafes del centro de Casa Blanca. Y un bazaar lleno de vibras. Estas son algunas de las imágenes mentales que se me vienen del ultimo viaje al norte africano.
Ahora mismo estoy escribiendo desde mi habitación en Dubai, recordando mi viaje hacia una de las ciudades mas destacadas de Marruecos, Casa Blanca. Después de un baño al estilo marroqui, con jabón negro y esencia naturales, tengo la inspiración para tipear algunas palabras.
El bazaar es un lugar lleno de colores, antigüedades, aromas, vida y regateo. Me encanta porque es toda una aventura de compras. No se trata de un mall center lleno de vitrinas. Se trata de descubrir nuevas tiendas, probar productos, conversar con los dueños de los puestos, negociar precios, encontrar diamantes con polvo.
Desde mi perspectiva, el bazaar es un lugar de socialización, de mercadeo. Es un espacio para encontrar una explosion de los sentidos. Es un souk (mercado) para perderse, entre las callecitas laberÃnticas, y recorrerlo en cÃrculos.
Es un espacio lleno de vida, de color, de musica; alegrÃa y picardÃa.
Cuando le soltas el miedo a lo desconocido, todo se vuelve mejor. Y ya no sientes miedo a perderte, porque siempre sabes que de una manera u otra, sabrás como regresar a casa.
Me quedo con el sabor de Marruecos, como el sabor del tajine con el que quieres pasar el pan sobre el plato.
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En mi instagram @julieta.patagonia tengo la secuencia de todo el viaje con videos a color.